Hay gente maravillosa.
Vino una mamá con su hija un día a merendar, y le regalamos una galletas o un donut o quizás solo fue una sonrisa… pero lo mejor fue al día siguiente, cuando la mamá, su hija y el resto de la familia vinieron a desayunar el domingo por la mañana y nos regalaron un montón de cuentos que escribió Laura, la mamá, para explicarle a su hija lo que le pasaba y como podía explicárselo a su hermano y a sus amigos.
Los cogimos con el firme compromiso de regalarlos a los niños que entren en la tienda. Gracias Laura, esperamos poder añadir nuestro granito de arena a la difusión de la enfermedad celiaca y su problemática y a que cada vez más gente sea consciente del problema y ayuden a todos los celiacos a normalizar su vida.